La población limeña jugó un papel ambiguo en el proceso de independencia del Perú (1821–1824); la ciudad sufrió los desmanes de las fuerzas realistas y patriotas por igual. Tras la emancipación, Lima pasó a ser la capital de la República del Perú. Gozó de un corto período de prosperidad a mediados del siglo XIX, hasta su ocupación y saqueo a manos de tropas chilenas durante la Guerra del Pacífico (1879–1883). Después de la guerra, se inició un período de expansión demográfica y renovación urbana. La población creció aceleradamente a partir de la década de 1940 como consecuencia de una fuerte inmigración desde las regiones andinas del Perú. Esto llevó a la proliferación de barrios periféricos conocidos como "pueblos jóvenes" pues la expansión de los servicios básicos quedó muy rezagada frente al crecimiento demográfico.
Fundación
Pachacámac fue un importante centro religioso antes de la llegada de los conquistadores españoles.
En 1532, un grupo de conquistadores españoles dirigidos por Francisco Pizarro derrotaron al inca Atahualpa y conquistaron su imperio. Dado que la Corona Española había nombrado a Pizarro gobernador de las tierras que conquistase,3 éste emprendió la búsqueda de un lugar adecuado para establecer su capital. Su primera elección fue la ciudad de Jauja, sin embargo, esta ubicación fue considerada inconveniente por su altitud y su lejanía del mar al estar situada en medio de los Andes.4 Exploradores españoles dieron cuenta de un mejor lugar en el valle del Rímac, cerca del Océano Pacífico, con abundantes provisiones de agua y madera, extensos campos de cultivo y un buen clima. Ahí, Pizarro fundó su nueva capital el 18 de enero de 1535 con el nombre de Ciudad de los Reyes.5
En agosto de 1536, la recién fundada ciudad fue sitiada por las tropas de Manco Inca, líder de una rebelión incaica contra el mandato español. Los españoles y sus aliados nativos, encabezados por el propio Pizarro, derrotaron a los rebeldes luego de fuertes luchas en las calles de la ciudad y sus alrededores.6 El 3 de noviembre de 1536, la Corona Española reconoció la fundación y el 7 de diciembre de 1537, el emperador Carlos V confirió un escudo de armas a la ciudad.
Época virreinal
Los balcones fueron un rasgo distintivo de la arquitectura limeña durante el virreinato.
Lima prosperó en el siglo XVII como el centro de una vasta red comercial que integraba el Virreinato del Perú con América, Europa y Asia Oriental.9 Los comerciantes limeños canalizaban la plata peruana a través del cercano puerto del Callao y la intercambiaban por bienes importados en la feria comercial de Portobello, en la actual Panamá.10 Esta práctica era sancionada por ley, pues la Corona había estipulado que todo el comercio del virreinato debía pasar por el Callao en su camino hacia y desde mercados del exterior. La prosperidad económica de la ciudad se vio reflejada en su rápido crecimiento, la población aumentó de alrededor de 25.000 en 1619 a un estimado de 80.000 en 1687.11
Paisaje que recrea la periferia y ecosistema de la ciudad de Lima en un grabado de 1744 publicado en la obra Relación histórica del viaje a la América meridional Tomo II de Jorge Juan y Antonio de Ulloa.
El terremoto de 1687 marcó un punto de quiebre en la historia de Lima pues coincidió con una recesión en el comercio, el declive de la producción de plata y una mayor competencia económica con ciudades como Buenos Aires.17 A estos problemas se sumó un devastador terremoto el 28 de octubre de 1746, el cual causó severos daños en la ciudad y arrasó El Callao, obligando a un gran esfuerzo de reconstrucción a cargo del virrey José Antonio Manso de Velasco.18 Este desastre generó una intensa devoción hacia una imagen de Cristo conocida como el Señor de los Milagros, la cual ha sido sacada en procesión cada octubre desde 1746.19
Durante la segunda mitad de la época virreinal, durante el gobierno de los reyes de la Casa de Borbón, el desarrollo urbano de Lima estuvo marcado por las ideas de la Ilustración sobre la salud pública y el control social.20 Entre los edificios construidos durante este periodo se encuentran un coliseo de gallos, la Plaza de Toros de Acho y el Cementerio General. Los dos primeros fueron construidos para regular esas actividades populares centralizándolas en un solo lugar, mientras que el cementerio puso fin a la práctica de enterrar a los muertos en las iglesias, considerada insalubre por las autoridades públicas.20
Independencia
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, Lima se vio afectada por las Reformas borbónicas pues perdió su monopolio sobre el comercio exterior, así como el dominio de la importante región minera del Alto Perú que en 1776 fue transferida al Virreinato del Río de la Plata.21 Este debilitamiento económico llevó a la élite de la ciudad a depender de cargos en el gobierno virreinal y en la Iglesia para su sostenimiento; se mostró reticente a apoyar la independencia.22 En la década de 1810, la ciudad se convirtió en un bastión realista durante las Guerras de Independencia Hispanoamericana bajo el gobierno del virrey José Fernando de Abascal y Sousa.Una expedición combinada de patriotas argentinos y chilenos dirigidos por el general José de San Martín desembarcó al sur de Lima el 7 de septiembre de 1820, pero no atacaron la ciudad. Enfrentado a un bloqueo naval y a la acción de guerrillas en tierra firme, el virrey José de la Serna se vio forzado a evacuar la ciudad en julio de 1821 para salvar al ejército realista.23 Temiendo un levantamiento popular y careciendo de recursos para imponer el orden, el consejo de la ciudad invitó a San Martín a entrar en Lima y firmó una Declaración de Independencia a su solicitud.24 La guerra se prolongó por dos años más, durante los cuales la ciudad cambió de manos muchas veces y sufrió abusos de ambos bandos. Para cuando la guerra se decidió, el 9 de diciembre de 1824 en la Batalla de Ayacucho, Lima había quedado considerablemente empobrecida.
Época republicana
El Palacio de la Exposición fue construido para acoger una Exposición Internacional en 1872.
Durante la Guerra del Pacífico (1879–1883), el ejército chileno ocupó Lima después de derrotar a las tropas peruanas en las batallas de San Juan y Miraflores. La ciudad sufrió los desmanes de los invasores, quienes saquearon museos, bibliotecas públicas e instituciones educativas.30 Al mismo tiempo, turbas enardecidas atacaron a los ciudadanos pudientes y a la colonia asiática, saqueando sus propiedades y negocios.31
El Hotel Bolívar fue parte de un proceso de renovación urbana en la primera mitad del siglo XX.
El 24 de mayo de 1940, un terremoto destruyó gran parte de la ciudad, que por entonces estaba construida principalmente con adobe y quincha. En la década de 1940, Lima inició un período de acelerado crecimiento como consecuencia de la inmigración desde las regiones andinas del Perú. La población, estimada en 0,6 millones de habitantes en 1940, alcanzó 1,9 millones en 1960 y 4,8 millones en 1980.35 El área urbana, anteriormente confinada a una zona triangular delimitada por el centro histórico, El Callao y Chorrillos, se extendió más allá del río Rímac por el norte, a lo largo de la Carretera Central por el este, y también más hacia el sur.36 Durante este periodo se llevaron a cabo una serie de obras públicas importantes, principalmente bajo los gobiernos de Manuel A. Odría (1948–1956) y Juan Velasco Alvarado (1968–1975). El Brutalismo fue el estilo arquitectónico predominante durante la década de 1970, tal como lo ejemplifica el masivo edificio de Petroperú, construido para albergar la sede de la compañía de petróleo estatal.37 Aun así, el crecimiento poblacional rebasó el desarrollo de los servicios públicos, llevando a la proliferación de barriadas, conocidas localmente como "pueblos jóvenes". De acuerdo al censo de 1993, la población de la ciudad ascendía a 6,4 millones de habitantes, equivalente a un 28,4% del total de la población del Perú en comparación con el 9,4% que representaba en 1940.35
Véase también
Notas
- Ir a ↑ Conlee et al, "Late Prehispanic sociopolitical complexity", p. 218.
- Ir a ↑ Conlee et al, "Late Prehispanic sociopolitical complexity", pp. 220–221.
- Ir a ↑ Hemming, The conquest, p. 28.
- Ir a ↑ Hemming, The conquest, pp. 140, 145.
- Ir a ↑ Klarén, Peru, p. 39.
- Ir a ↑ Hemming, The conquest, pp. 203–206.
- Ir a ↑ Klarén, Peru, p. 87.
- Ir a ↑ Klarén, Peru, p. 56.
- Ir a ↑ Andrien, Crisis and decline, pp. 11–13.
- Ir a ↑ Andrien, Crisis and decline, p. 16.
- Ir a ↑ Andrien, Crisis and decline, p. 30.
- Ir a ↑ Andrien, Crisis and decline, p. 26.
- Ir a ↑ Andrien, Crisis and decline, p. 27.
- Ir a ↑ Clayton, "Local initiative and finance", pp. 288–290.
- Ir a ↑ Clayton, "Local initiative and finance", pp. 294–299.
- Ir a ↑ Higgings, Lima, p. 45.
- Ir a ↑ Andrien, Crisis and decline, p. 28.
- Ir a ↑ Walker, "The upper classes", pp. 53–55.
- Ir a ↑ Higgings, Lima, p. 75.
- ↑ Saltar a: a b Ramón, "El guion", pp. 13.
- Ir a ↑ Anna, Fall of the royal government, pp. 4–5.
- Ir a ↑ Anna, Fall of the royal government, pp. 23–24.
- Ir a ↑ Anna, Fall of the royal government, pp. 176–177.
- Ir a ↑ Anna, Fall of the royal government, pp. 178–180.
- Ir a ↑ Klarén, Peru, p. 169.
- Ir a ↑ Ramón, "El guion", pp. 14–16.
- Ir a ↑ Higgings, Lima, pp. 83, 111.
- Ir a ↑ Ramón, "El guion", p. 16–17.
- Ir a ↑ Klarén, Peru, p. 170.
- Ir a ↑ Higgings, Lima, p. 107.
- Ir a ↑ Klarén, Peru, p. 192.
- Ir a ↑ Ramón, "El guion", p. 22.
- Ir a ↑ Ramón, "El guion", pp. 23–24.
- Ir a ↑ García, "Arquitectura", pp. 142, 145.
- ↑ Saltar a: a b Instituto Nacional de Estadística e Informática, Lima Metropolitana perfil socio-demográfico. Revisado el 12 de agosto de 2007
- Ir a ↑ Dietz, Poverty and problem-solving, p. 35.
- Ir a ↑ Higgings, Lima, p. 181.
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